e diel, 17 qershor 2007

El largo camino de la prueba genética

Río Cuarto. El abogado de Facundo Macarrón, Marcelo Brito, dejó claro que no le perderá pisada al fiscal Javier Di Santo y que, tras considerar que ha "abatido" toda la prueba testimonial en su contra, atacará "no el resultado sino la prueba científica misma" enviada al FBI.

Más allá de la incidencia que los puntos débiles de la investigación puedan tener en la resolución de la causa, el caso Dalmasso deja en claro falencias en los recursos técnicos y diferencias de criterios y métodos que pueden afectar a todos los casos judiciales en el sur provincial.

En una declaración de Virginia Ferreira, que fue quien tomó las muestras del cadáver de Nora, se deja constancia de que ella, el médico policial y los otros dos forenses "no contaban con equipo de trabajo que impidiera la contaminación del lugar". Ferreira refiere que durante la autopsia solicitó "cinta de acetato para juntar los pelos que se encontraban en el cuerpo y en las sábanas, pero como no había dicha cinta disponible, posteriormente, cuando el cuerpo se retiró, indicó al personal policial que envolvieran todo bien para que no se perdieran los cabellos".

El 28 de diciembre, el Ceprocor (de la Agencia Córdoba Ciencia) informó que sólo se había podido recuperar un perfil de ADN femenino igual al de la víctima.

Días antes, Policía Judicial había informado que en las manchas de la sábana de abajo y el cinto de la bata el examen de antígeno prostático dio negativo. No detectó semen. El informe contrastaba con el dictamen del bioquímico Daniel Zabala, quien días antes, a partir de un ensayo de fosfatasa ácida prostática, dijo haber determinado "la presencia de semen" en ano y vagina.

El Ceprocor interpretó que no se hallaba ningún perfil genético masculino por ausencia o escasa cantidad de células masculinas.

Tanto fuentes del Ceprocor como de la Policía Judicial cuestionaron por entonces que Zabala todavía siguiera utilizando la técnica de la fosfatasa ácida y advirtieron que el marcador específico de líquido seminal es el "antígeno prostático" (PSA). El bioquímico policial insistió con que la presencia de fosfatasa ácida prostática es un índice concluyente de la presencia de semen.

Bioquímico cuestionado. Las medidas técnicas adoptadas implicaron un fuerte reproche del Ceprocor. Nidia Modesti, responsable del Laboratorio, dejó sentado que las evidencias habrían sido sometidas por Zabala a un procesamiento "sin resguardar una parte de las mismas tal como fueran obtenidas. Las normas de medicina legal indican que siempre debe analizarse una fracción de las evidencias y preservar el resto sin manipular para futuras pericias bioquímicas o genéticas", reprochó.

El Ceprocor responsabilizó a Zabala por el riesgo de perder pruebas. Allí mismo se empezó a hablar de buscar células epiteliales en el cinto de la bata con el que Dalmasso fue ahorcada.

El 15 de diciembre, el presidente de la Agencia Córdoba Ambiente, Carlos Debandi, manifestó al entonces fiscal General de la Provincia su acuerdo con que se mandaran a hacer contrapruebas a otras instituciones. Solicitó que se realicen contrapruebas en el Primer Centro Argentino de Inmunogenética, de la Fundación Favaloro, o en el Servicio de Huellas Digitales y Genéticas de la Facultad de Farmacia y bioquímica de la UBA. Incluso ofreció pagarlas.

Paralelamente, Zabala sugirió una nueva exhumación del cadáver y aseguró que tenía experiencia de haber hallado rastros de semen en occisos con 45 días de fallecidos.

Tras consultar con otros forenses, mucho tiempo después, los fiscales autorizaron la exhumación el 27 de diciembre. A Zabala no lo consultaron más.

Rumbo al FBI. Pronto se decidió enviar gran parte de la evidencia al FBI. El 2 de enero, el presidente de la Agencia Córdoba Ciencia remitió una carta a los fiscales, preocupado por la imagen de su laboratorio, al tiempo que expresaba su disconformidad con la resolución de enviar las nuevas muestras directamente al FBI. "Lo que consideramos que hubiera correspondido es enviar las muestras de genética forense a nuestro laboratorio y comprobar con contramuestras en el FBI", expresó Debandi.

Además, puntualizó: "El antecedente que están generando puede producir en el futuro complicaciones en muchas causas, cuando por demorar sentencias se reclamen derechos similares a los que se están concediendo en esta causa".

En mayo, el Ceprocor determinó la existencia de un haplotipo de cromosoma Y. La causa tuvo un vuelco. Ahora se espera la conclusión del FBI.

Extraido de La Voz del Interior

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